Diagnóstico tardío, voz urgente: Tribu Prisma, Mujeres Autistas que hoy construyen su propia representación

Una conversación íntima sobre cómo un proyecto nacido en comunidad virtual se convierte en motor de cambio y empoderamiento, desde Valparaíso al país entero.

En marzo de este año, tres mujeres se unieron en una comunidad de autismo y compartieron, por fin, lo que siempre supieron en el fondo: habían sido diagnosticadas muy tarde, mucho más que los hombres en situaciones similares. Lo que comenzó como un vínculo emocional se transformó en Tribu Prisma, una red virtual con enfoque sociodemográfico y político. Desde su adjudicación de un proyecto con SernamEG en la Región de Valparaíso hasta el desarrollo de talleres sobre violencia, diagnóstico y autocuidado, hoy impulsan una red de mujeres autistas con diagnóstico tardío, comprensiva, inclusiva y transformadora.

¿Cómo nació Tribu Prisma y quiénes la conforman?

“El proyecto surgió en marzo, cuando tres de nosotras, con diagnóstico tardío, nos encontramos en una comunidad autista incipiente. A pesar de ser minoría incluso en la comunidad autista, compartíamos edades, experiencias y necesidades ligadas al género.

Buscamos agrupaciones existentes y no hallamos nada que respondiera a estas carencias. Lo emocional quedó corto: necesitábamos generar cambios reales. Entonces decidimos hacerlo nosotras mismas, desde nuestra propia representación”.

¿Qué significado tiene que sean mujeres diagnosticadas tardíamente?

“Nos identificamos con una invisibilidad profunda: las mujeres autistas con diagnóstico en la adultez enfrentamos precarización laboral, falta de inclusión y ausencia de políticas públicas enfocadas en nuestra realidad. No solo queríamos apoyo emocional; queríamos voz, presencia en decisiones, y representatividad. En meses, construimos una comunidad con impacto en redes y en WhatsApp: mujeres de todo Chile llegan por boca a boca, y comparten necesidades idénticas”.

¿Cómo articulan el trabajo comunitario y la incidencia política?

“Tenemos dos ejes. El primero es la comunidad virtual: grupos de WhatsApp segmentados por intereses, donde la neurodiversidad guía los niveles de participación —se puede participar activamente o mantenerse en silencio, según las necesidades personales—. El segundo es el análisis de políticas público-legales: revisamos leyes vigentes, convenios internacionales y elaboramos un informe diagnóstico. Además, estamos legalizando el proyecto para operar con más formalidad”.

Recientemente firmaron un convenio con SernamEG. ¿Podrías contar sobre ese paso concreto?

“Sí. Esta semana cerramos un convenio gracias a que ganamos un proyecto de fortalecimiento para Tribu Prisma. Desarrollaremos un ciclo de talleres —con foco en prevención de violencias y autocuidado desde el momento del diagnóstico como mujer autista—. Empezaremos en septiembre en Valparaíso. También buscamos formar liderazgos para replicar la iniciativa a lo largo del país. Actualmente, tenemos comunidad entre Arica y Coyhaique”.

¿Quiénes están invitadas a participar?

“Nuestro espacio está abierto exclusivamente a mujeres autistas con diagnóstico tardío. Queremos visibilizar esta subpoblación y responder a sus realidades específicas. Aunque reconocemos otras neurodivergencias, por ahora nos concentramos en ellas. Participan mujeres de todo Chile, y en Instagram ya nos siguen desde otros países”.

¿Qué mensaje final quisieras entregar a quienes lean esta conversación?

“Invitamos a mujeres que ya están diagnosticadas o que están en búsqueda a unirse, porque muchas sienten que finalmente alguien las escucha. Contamos con profesionales dentro de la comunidad —psicólogas, sociólogas— que adaptan su acompañamiento a nuestras particularidades. En Instagram compartimos cápsulas educativas: son herramientas para empoderar y visibilizar. Queremos que mujeres neurodivergentes sientan respeto y fortaleza, y se sumen a la construcción de cambios sociales reales.”

Para Sigrid Westerhout y Magdalena Jeréz, Co-fundadoras de Tribu Prisma, indican que desde el anonimato de un diagnóstico tardío, estas mujeres han tejido una tribu consciente, adaptativa y potente. Ambas señalan que Tribu Prisma es más que una comunidad: representa la voz colectiva de mujeres que se atreven a transformar la invisibilidad en representación, el aislamiento en liderazgo. Un proyecto nacido del encuentro emocional hoy apuesta por el cambio político y social, desde Valparaíso hacia todo Chile.


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