Maite Henríquez y su participación en la exposición Voces del Pacífico, Mujeres que Transforman

Por Claudia A. Palacios.
Maite Henríquez Pizzaro, lideresa feminista de la Universidad de Playa Ancha, fue seleccionada para formar parte de la exposición Voces del Pacífico, Mujeres que Transforman, una muestra internacional impulsada por voluntarias de la Alianza del Pacífico e INJUV que busca visibilizar a mujeres que han marcado sus comunidades en Chile, Perú, Colombia y México. Desde su biografía y su historia familiar, Maite reflexiona sobre el sentido de ocupar espacios públicos desde un feminismo popular, el valor del trabajo colectivo y la emoción de verse representada entre figuras que admira.
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—Maite, ¿cómo llegas a ser parte de esta exposición?
“Esto parte por una invitación del INJUV, en el marco de la Alianza del Pacífico. Me citaron a un encuentro con 20 voluntarias de Chile, Perú, Colombia y México que estaban desarrollando esta exposición de lideresas feministas. En esa instancia conversamos sobre feminismo, memoria, juventud, y compartí mi historia como dirigenta del movimiento estudiantil. A partir de eso, ellas decidieron incluir mi biografía dentro de la muestra «Voces del Pacífico, Mujeres que Transforman»”.
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—¿Qué te encontraste al ver tu historia expuesta junto a la de otras mujeres latinoamericanas?
“Fue muy conmovedor. Estar ahí, leyendo mi biografía al lado de mujeres a las que admiro muchísimo —activistas mexicanas, mujeres trans, mujeres del mundo indígena— fue algo que me tocó profundamente. Yo no tengo ningún apellido rimbombante. Siempre digo que el feminismo que milito es un feminismo de clase, uno que busca posicionar a las mujeres que venimos de los sectores populares en los espacios públicos y políticos. Verme ahí, como primera generación universitaria de mi familia, fue un momento de mucha emoción”.
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—Mencionas un feminismo de clase. ¿Cómo lo defines?
“Para mí tiene que ver con reconocer y relevar a las mujeres de origen popular, las que históricamente han sostenido la vida. Soy hija de una peluquera y de un obrero; nieta y bisnieta de mujeres asesoras del hogar. Mis tatas fueron jardinero y zapatero. Ese es mi mundo, y desde ahí pienso el feminismo: como una forma de dignificar nuestras historias, de decir que las mujeres que venimos de abajo también podemos liderar, transformar y estar en los espacios donde se toman decisiones”.

—¿Qué significó compartir espacio con mujeres de otros países y territorios?
“Fue muy bonito encontrarse e identificarse con otras mujeres que luchan desde lugares distintos, pero con convicciones similares. Mujeres que defienden sus territorios, que levantan comités de vivienda, que hacen política comunitaria o estudiantil. Te das cuenta de que, aunque las realidades sean distintas, todas estamos empujando algo desde lo colectivo. Y eso sana. Porque a veces los liderazgos cuestan, dejan heridas. Pero encontrarte con otras que están resistiendo lo mismo te recuerda que no estás sola”.
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—La ministra Antonia Orellana mencionó en la inauguración que muchas veces las mujeres que empujan transformaciones “quedan magulladas”. ¿Coincides con esa idea?
“Sí, totalmente. Empujar cambios tiene costos personales. Siempre habrá quienes intenten socavar los liderazgos o desacreditar lo que haces. Pero cuando una trabaja por lo colectivo, no está pensando en lo que el otro va a decir. Lo que mueve es la convicción, el compromiso con la comunidad. Por eso creo que ningún avance del conservadurismo o de la ultraderecha va a detener los liderazgos feministas: estamos todas trabajando por algo mucho más grande que nosotras mismas”.

—¿Qué mensaje te gustaría dejar a quienes vean la exposición?
“Que las transformaciones no nacen de las élites, sino de las comunidades, de las mujeres que todos los días empujan la historia desde lo local. Que se reconozcan en esas historias, porque ahí hay fuerza y esperanza. La muestra es una forma de decir «no estás sola». Hay otras caminando contigo, desde distintos lugares del Pacífico, pero con el mismo sueño de justicia y dignidad”.
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La exposición Voces del Pacífico, Mujeres que Transforman se encuentra actualmente en la Plataforma Cultural de la Universidad de Chile, campus Juan Gómez Millas, y también disponible de manera virtual. Además, se distribuirán dos mil postales con códigos QR que permitirán acceder a las biografías de las mujeres que integran esta inspiradora muestra latinoamericana.