Por Tomas Muñoz Ortega,

Encargado del departamento de Responsabilidad Social Universitaria y Trabajos Voluntarios FEV UNAB 2025

La juventud del país actualmente sigue enfrentando una situación complicada en materias de crisis de salud mental y otras, las cuales de forma silenciosa, merman y limitan simultáneamente su desarrollo. En este contexto el Instituto Nacional de Juventud (INJUV) se ha dedicado a actuar como un puente clave entre la juventud y el Estado, actuando de forma continua como apoyo a las y los jóvenes, mediante diferentes programas de apoyo y reconocimiento, entre ellos ‘’Compromiso joven’’ y ‘’Hablemos de todo’’.

El programa ‘’Hablemos de todo’’ busca resguardar el apoyo socioemocional hacia los jóvenes ante cualquier tipo de emergencia o situación que afecte la salud mental de ellos, todo esto mediante psicólogos en tiempo real. Esta iniciativa en conjunto al programa ‘’Compromiso Joven’’ busca potenciar a la misma juventud, ayudándoles no solo en lo emocional sino también otorgándoles la posibilidad de participar activamente en la sociedad. Esto se logra a través de la constante gestión de instancias de Voluntariado que permiten a miles de jóvenes salir de sus realidades, desarrollar liderazgo y adquirir experiencia cívica.

Teniendo en consideración el rol que cumple INJUV en la sociedad me resulta incomprensible y hasta contradictorio de este gobierno, que se plantee un drástico recorte presupuestario a la institución.

Este ajuste, si bien no es total, es capaz de dejar sin trabajo a más de 40 funcionarios que mantienen a INJUV en pie.

Esta medida no solo se trataría de un ajuste gubernamental o administrativo, sino se trata de un golpe directo a la capacidad del Estado para atender las crecientes crisis juveniles, tanto en salud mental como en empleabilidad. ¿Cómo se justifica debilitar a la entidad que ofrece el soporte que la juventud requiere en estos tiempos en donde el odio cada vez más crece? ¿Cómo podemos aceptar que nuevamente la juventud no se tome en cuenta?

Desde mi posición como Joven, estudiante de pedagogía en Inglés y dirigente estudiantil, hago un llamado urgente a las autoridades a reconsiderar esta decisión.

Disminuir los fondos del INJUV es netamente quebrar el puente de conexión y desatender los jóvenes más vulnerables del país. Invertir en el INJUV no es un gasto, es invertir en el futuro del país.

Este ajuste, si bien no es total, es capaz de dejar sin trabajo a más de 40 funcionarios que mantienen a INJUV en pie.

Esta medida no solo se trataría de un ajuste gubernamental o administrativo, sino se trata de un golpe directo a la capacidad del Estado para atender las crecientes crisis juveniles, tanto en salud mental como en empleabilidad. ¿Cómo se justifica debilitar a la entidad que ofrece el soporte que la juventud requiere en estos tiempos en donde el odio cada vez más crece? ¿Cómo podemos aceptar que nuevamente la juventud no se tome en cuenta?

Desde mi posición como Joven, estudiante de pedagogía en Inglés y dirigente estudiantil, hago un llamado urgente a las autoridades a reconsiderar esta decisión.

Disminuir los fondos del INJUV es netamente quebrar el puente de conexión y desatender los jóvenes más vulnerables del país. Invertir en el INJUV no es un gasto, es invertir en el futuro del país.